Presbítero fraile agustino, tomó posesión del convento de san Nicolás Tolentino de Durango el 29 de julio de 1891, estuvo acompañado por el diácono fray Macario Serrato. Para entonces el convento estaba en ruinas y lo reedificó con donativos de los vecinos, especialmente de la señora Ángela Flores de Flores. Mientras estuvo al frente del templo de San Agustín, consolidó la construcción del baldaquino neogótico del altar mayor, así como los adyacentes de las naves laterales y la portada oriente de acceso al templo; en estos trabajos participó el cantero Benigno Montoya. Atendió el culto a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Murió por la furia revolucionaria el 20 de mayo de 1916 en Durango.
Personajes Históricos