El serafín que representa el alma de Margarita Scapachini Damm vuela sobre una cruz de tronco la cual simboliza la muerte temprana, y el mismo serafín cubre con una manta la cruz, en representación del sueño eterno y el renacer en lo más cercano a Dios en la vida eterna.

En el marco teológico, los serafines son figuras espirituales que son allegadas a lo más alto del cielo; según Dionisio de Areopagita son los más cercanos a Dios. Las cruces en forma de tronco son un simbolismo que nos habla de la muerte temprana e inocencia de la niña Margarita, quien falleciera con siete meses de vida.