Colocada sobre un pedestal cajeado de orden dórico dedicado a Ambrosio Sánchez aparece una escultura exenta realizada por Benigno Montoya, donde se proyecta una composición estilística parcial al llamado purismo nazareno. El ángel ha perdido sus manos donde posiblemente ostentó componentes iconográficos religiosos.
El ángel extiende sus brazos de forma similar a las imágenes del Sagrado Corazón, el ornamento del ángel compuesto por ropón, cíngulo y capa también son similares a la iconografía de Jesucristo en la advocación del Sagrado Corazón, que fue muy prominente hacia las postrimerías del siglo XIX.
El ángel proyecta movimiento, elemento que es acusado por el volado y buen manejo de los pliegues de la capa, mangas y caída del ropón hasta los pies. El ángel aparece en movimiento al apreciarse el movimiento de las piernas que emulan el caminar percibible a través del ropón. El rostro y mirada del ángel se posan hacia el cielo como signo de ascensión al paraíso.