En este tercer cuadro del Panteón de Oriente se concentra un mayor número de obra escultórica de Benigno Montoya.
El ángel proyectado para Antonio Jacobo se estructura sobre un pedestal próstilo de columnas compuestas con un labrado de gabletes en bajo relieve y un remate en la platabanda de hojas de acanto.
Sobre este conjunto se alza un pedestal cajeado con guirnalda de laurel y un montículo pedroso con guía de hiedra que se extiende hasta una cruz de tronco. Junto a este símbolo de la pasión se flanquea un ángel con una ofrenda floral donde destaca el pensamiento y la rosa, símbolo del sueño eterno y la entrega al amor de Santa María madre de Jesucristo.