Las representaciones angelicales en los panteones representan las almas de los difuntos. Montoya retoma elementos compositivos de la escultura italiana que se importaron a México durante el periodo porfiriano por las principales casas de marmolerías como Biagi Hermanos y Ponzanelli.

La presente composición muestra a un ángel que se arrodilla frente al tronco que representa la vida que ha concluido tempranamente, pero que ha renacido en Jesucristo y María a partir del simbolismo representado en ornamento de la cruz y las rosas que rematan el tronco. El ángel en actitud de oración es revestido con una túnica ceñida a la cintura con cíngulo y en los hombros porta una muceta o esclavina.

La base de textura pedrosa iconográficamente representa la resurrección del alma, y la hiedra que se extiende desde la base hasta el tronco y la cruz simboliza la vida que se empeña por alcanzar la vida eterna a través de la cruz.

A estas composiciones angelicales que son representadas con los elementos de la pasión de Cristo se les ha determinado en la tipología de ángeles pasionarios.