Pese al avanzado estado de deterioro que presentan, son elementos arquitectónicos de gran valía por su dimensión histórica y monumental.

Se trata de dos catafalcos gemelos de base rectangular y cuerpo de bulbo. Ambos son simétricos y manejan una cornisa de doble platabanda sobre la que se muestran vestigios de bases de copones.

Al centro se levanta el remate a modo de aguja; esta es ornamentada por una cadena de botones de rosa que caen desde la base de la peana. La peana que remata el conjunto y del cual solo se conserva uno, maneja una base de hojas de acanto, mismo del que sobresale un copón decorado con motivos fitomorfos.

En las caras de los catafalcos de oriente y poniente encontrándose entre sí, se exhiben cartelas labradas en cada catafalco respectivamente; estas se encuentran enmarcadas por un gablete de hoja de palma y acanto en un contorno mixtilíneo que se alterna a la silueta del bulbo del catafalco.