La escultura funeraria abarcó diferentes lineamientos en torno a las devociones religiosas, al ser por excelencia y arraigo, las advocaciones cristianas que predominan en el Panteón de Oriente.
La Virgen del Carmen nos remite a la promesa mariana y el privilegio sabatino en el que los devotos serán redimidos del purgatorio el siguiente sábado después de su muerte.
La presente escultura es muestra de los pocos elementos escultóricos funerarios que aun persisten y que fueron en declive después de un gran auge en los memoriales de cantera y mármol que se realizaron hacia la última mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX.