La escultura se establece en formas dinámicas y exhibe un listel con epigrafía funeraria del yacente Hugo Damm, originario de Magdeburgo, Alemania; hijo del prominente empresario Maximiliano Damm.
La morfología escultórica nos permite apreciar la proyección del alma que asciende al cielo, no sin antes ofrendar una corona de rosas y flores a la vida que ha concluido, pues el ánima ha resucitado en Cristo y la base pedrosa así lo indica, antes de emprender el ascenso al paraíso.