Montoya proyectó variantes en los pedestales donde se anclan sus esculturas; en este memorial se continúa con la tipología de los llamados ángeles sobre pórticos, esto a partir de sus columnas frontales de orden compuesto. Su cornisa maneja un goterón ornamentado por orlas imbricadas y doble platabanda.
Sobre el pedestal a modo de pórtico se estructura una peana de sobrio cajeado; en ella transcurre un discurso donde el ángel asciende al montículo pedroso para entregar una ofrenda de palma, pensamientos y rosas. La base pedrosa simboliza la resurrección, donde se forma una guía de hiedra que sube a la cruz de tronco, misma que representa lo inoportuno de la muerte pero una vida entregada a Dios y la espera en la resurrección.